El siempre personal Ben Wheatley, bien conocido en Sitges por su película Kill List, regresa con un nuevo largo que se presume tan hipnótico como inclasificable.
Como ya hiciera en Down Terrace , el cineasta inglés hará comulgar lo trágico y lo cómico en un cóctel que no será para todos los gustos pero cuyas primeras imágenes tienen la fuerza y la estética de un poeta cinematográfico.
La trama, que se presenta tan sencilla como la de una película de Kelly Reitchard, gira entorno a una pareja que emprende un viaje durante sus vacaciones para (y he aquí la peculiaridad) liberar sus impulsos criminales.
Un argumento que, en sí mismo, ya es una vuelta de tuerca dentro del género de la road movie pero que, además, está aderezada con lecturas sociales, humor, una buena fotografía y un sugestivo uso de la música. Ojala no tengamos que esperar demasiado para verla.
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Mmmmmm ¡Sí que apetece sí!
Para las salas no sé lo que habrá que esperar, si es que termina llegando…pero en el próximo festival de Sitges habrá una oportunidad para verla